Antes había comino crespo (Aniba perutilis) en todo el país, ahora solo quedan algunos árboles en cuatro departamentos: Antioquia, Magdalena, Valle del Cauca y Amazonas.
En los viveros de la ciudad no se consiguen sus semillas. Para acceder a estas hay que encargarlas a campesinos de Támesis o Urrao, en el Suroeste. La tala indiscriminada para usos comerciales ha hecho que las autoridades ambientales lo consideren en peligro crítico de extinción.
Difícilmente se consigue una cama o un mueble de comino, primero por su costo elevado y, segundo, por su escasez. En algunas casas tradicionales de Medellín tienen objetos hechos en esta madera, pero la mayoría tiene más de un siglo y fueron traídas en tren. Es tan fina que hasta resiste el comején.
OSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ A.
EL TIEMPO
MEDELLÍN